Fuente del Jardín de los Cactus. Lanzarote.
No me gustan los espejos,
no soporto las preguntas,
me inquietas y no me inquietas
como los silencios cojos.
La cadencia de lo incierto,
la certeza de tus actos,
la amargura de este llanto,
acaricias mi secreto.
Te susurro en mis versos,
no edulcores ni disfraces tu alma.
Se traviesa, rabiosa, princesa,
jarrea tu furia en madrugadas.
En esta hora atrevía y maldita
salen a bailar las meigas.
Miro el miedo en mi cuerpo,
me delato en tu espejo.
Buenísimo, felicidades!
Gracias.
¡Cada verso dice tanto que no sé con cuál quedarme!
Por fortuna es un poema que ya es tuyo. Ha dejado de ser mío para ser nuestro. Saludos.
Este es un buen poema. Lo ves? Sin rima, pero con ritmo. Y con tus pulsaciones internas.
Gracias por leerme y por tus comentarios. Un abrazo.