Me quedé sin una voz, con la que expiar el habla
en la lengua se enredaron todas mis palabras
oigo el eco de esas voces, que a gritos me llaman
tal vez sea porque el hoy, es mi único mañana.
Poco el importa el ayer, ya no existen más mantas
las palabras que escucho, cada vez son más claras
no quisiera olvidar, todas las enseñanzas
que es la vida una flor, no quieras amargarla.
Cuando el día termina, se despiertan las almas
a lo lejos se escuchan, esas viejas campanas
es el alba la senda, donde encuentro mi karma
la canción el soneto, la poesía me salva.