
Luciérnaga del frío,
que asedia a su presa
luminiscente engaño… la inocencia.
No es letal el mordisco,
que a la bestia despierta
en un duelo caníbal de crisálidas
con sus máscaras negras.
Maldito escarabajo,
insecto del infierno ya sin rosa,
retorcido en veneno.
Ocurre en estos días,
las noches del invierno sin un fuego.
Tropiezan los recuerdos,
el hielo ya es historia
y aquella mariposa ya no vuela.